Críticas

«… Pero si salimos de lo manifiesto y de los lugares comunes, el vacío también nos conduce a otros paisajes, al sitio de lo limpio, lo despejado, de lo que está vacante o disponible. A ese allí donde todo es posible porque lo que sobra es lugar

¿Serán a estas últimas ideas a las que alude el vacío insoslayable, contundente y omnipresente en las obras de Vivi Herrera? Esas cáscaras de ropajes, trapos, telas, prendas y ajuares que más bien pareciera que construyen más que cubren los cuerpos trasparentes -pura liviandad y sutileza- ¿batallan contra el vacío, lo hacen presente o simplemente lo acompañan?… Nada es evidente ni se ofrece sin más a la interpretación. Este detenerse es el efecto que producen estas figuras en pequeño formato, donde elementos de la vida cotidiana se han reutilizado para reconfigurar cuerpos desmaterializados y sugerentes. Sabemos que esto es más que lo que aparece. Porque el vacío que las sostiene no está ahí sólo para lamentar una falta, sino primero y principalmente, para ofrecer un sentido.»

Ángeles Smart, Doctora, Magister y Licenciada en Filosofía y Letras. Revista AIRE N° 65 – 2019.

» Viviana Herrera pertenece una selecta estirpe de artistas que encontró en la escultura su forma de expresión, su pasión y su razón de ser. El historiador del arte G. Didi-Hubermann afirma que: “las imágenes son un espacio de lucha”. Por ende, la labor de la artista implica una posición comprometida y una forma de combate y pensamiento.
Su inquietud primordial es la exploración de la anatomía humana, y en particular, la relación entre el cuerpo y la feminidad. No en vano, en esta nueva serie, hace un despliegue indagatorio de la esencia femenina americana. Incluye: los rituales ancestrales, la relación con la tierra, el poder reproductivo, el mundo real e ingenuo, la danza, el erotismo y la constante amenaza del sometimiento… En su discurso plástico el espacio es protagonista. Las obras parecen flotar. Las tensiones se manifiestan entre la rigidez de los torsos explícitamente descubiertos con la fina trama de mallas metálicas que dan volumen y ritmo. Los efectos de luces y sombras son producto de curvas y contracurvas superpuestas. El ámbito que las contiene es despojado y carente de todo elemento no estrictamente necesario. Viviana Herrera nos invita a palpar las texturas de los materiales inertes de la naturaleza, pero que en sus manos se vuelven piel, cobran vida y expresan espiritualidad proveniente de un universo recién develado. Freddy Suárez Gutiérrez – Curador, Stigma Fina Arts, Buenos Aires. Viviana Herrera, Amerindias-Pieles de Hojalata. Bucaramanga, Colombia. 2016.

“Portadora de una larga trayectoria artística y académica, Viviana Herrera nos introduce en su mundo interior de energía y creatividad inusitada. Después de haber trabajado el oficio de la escultura en todas sus técnicas, arribó a una conjunción poco frecuente. Los constantes desafíos que se propone son producto de la madurez que solo da el trabajo perseverante, reflejado en la potencia de su imagen y gran capacidad expresiva…

…Al hablar de su producción reciente, no se puede decir que su oficio sea netamente escultórico pues va más allá. No se trata de talla directa, ni de modelado, ni de fundido, ni de vaciado; se trata del armado de complejas estructuras a partir de la técnica de chapa batida. La artista golpea el duro metal una y otra vez; inserta y ensambla las piezas necesarias, producto de lo que la sociedad de consumo desecha, como si se tratara de un instrumento de viento que viene a producir nuevos sonidos a la existencia…

…En sus obras, hay un discurso plástico donde el espacio cobra protagonismo. Las esculturas parecen flotar. Las tensiones se manifiestan entre la rigidez de los torsos explícitamente descubiertos, con el fino entramado de mallas metálicas que dan volumen y riqueza rítmica. Los efectos de luces y sombras son producidas por las curvas y contra-curvas superpuestas. El ámbito que las contiene es despojado y carente de todo elemento no estrictamente necesario…

…Viviana Herrera nos propone viajar sin un mapa de ruta a través de los materiales inertes que entrega la naturaleza, pero que en sus manos cobran vida y expresan espiritualidad, proveniente de un universo recién develado.

Freddy Suárez Gutiérrez Curador setiembre 2015- Culto al Magazine-Bs.As. cultoalmagazine.com

«Herrera: reinvindicar a la mujer. Es ante todo una artista de ideas, de cuño expresionista y obras de cierto aire barroco. Las figuras en bronce son realistas, longilíneas. Con el aluminio, … recurre al material de las chacaritas y transforma una cacerola, un caño corrugado y un tejido de alambre con soldadura o una serie de remaches, en pulposas piernas, aguerridas espaldas o graciosas bailarinas.

Modela con amor artesanal y ha logrado, a través de un ejercitado oficio, una técnica admirable que ya tiene sello propio. Cada vez más Herrera cumple con su cometido de alivianar las piezas, de volverlas sutiles, casi ingrávidas. Aun cuando se vale de formas conocidas como «Las Meninas» o utiliza tules y tejido de alambre como para la serie dobre el Can Can, siempre reinvindica a la mujer.»

Andrés Cáceres, Crítico de Arte, Nota de opinión publicada en el Diario Los Andes, Area Plástica, el 2 de agosto de 2011.-

“Las piezas exhibidas en la muestra de Viviana Herrera representan o refieren al cuerpo de la mujer, ya sea con la excusa de lo pintoresco (mujeres insinuadas a través de mantones, volados y abanicos españoles o con amplios vestidos tocados y collares bahianos), ya sea citando y homenajeando a algunos maestros consagrados por la historia del arte, (cargadas de resonancias pictóricas pero plasmadas a través del volumen, están las Meninas de Velázquez, las exóticas isleñas de Gauguin, las bailarinas de Degas y las coristas de Toulouse).

La técnica y los materiales empleados por Viviana Herrera también refieren a la cuestión de lo femenino: se trata de objetos encontrados, tales como cacerolas y otros artículos de aluminio que la artista manipula, transforma y resignifica. Utiliza también caño corrugado para ventilación y tejido de alambre con tramas de distinta densidad y espesor que corta y cose como una costurera de oficio.

Montados sobre invisibles estructuras de hierro estos cuerpos femeninos, se muestran como incompletos torsos semidesnudos, o se insinúan a través de volúmenes demarcados por el vestido. Cabezas y rostros están siempre ausentes. La desnudez del torso planteada por la artista no evidencia la sexualidad (aunque no renuncia a la sensualidad) y en todos los casos remite a la forma correcta y a la belleza de las formas. No se trata de cuerpos cotidianos, imperfectos, de mujeres comunes, son cuerpos corregidos, mejorados por el artificio del arte que los hace universales y cuya contemplación es incansablemente placentera.

Cuando el cuerpo se insinúa a través del vestido también aparece la belleza de las formas femeninas y al mismo tiempo acontece la magia de lo que los antiguos filósofos del arte llamaron “gracia”. La gracia es la belleza en movimiento. La pericia técnica que posee Viviana Herrera le permite transformar el tejido de alambre, rígido, estático, áspero, en un tejido cimbreante, suave, dúctil y orgánico. El movimiento de las telas queda congelado en el instante en que los paños se pliegan o despliegan con flexibilidad y sutileza. El resultado es la representación de lo femenino en su expresión más grácil, más sutil y más primorosa.

En todos los casos el objeto encontrado, especialmente la cacerola, no oculta su condición de tal, por el contrario, se visibiliza a través de las asas y las orejuelas que las caracterizan. Viviana sostiene que este trajín de convertir cacerolas en objetos de arte tiene que ver con su intención de sacar a la mujer de la cocina, lugar “natural” que le fue conferido por la cultura occidental y machista, para posicionarla en un espacio de privilegio: el lugar del arte. A mí este gesto me habla, a su vez, de una tendencia que aparece en el arte contemporáneo: la necesidad de recuperar la cotidianeidad en el arte. La era de la obra de arte entendida como objeto sagrado, elevado por sobre las cosas mundanas, realizada sólo por el talento genial de unos pocos elegidos y recluida para su contemplación en esas catedrales de lo estético que llamamos Museos, ha tocado a su fin. La frontera entre arte y mundo hoy se diluye, el arte se ha vuelto lenguaje que habla del mundo y las cosas cotidianas invaden el espacio antes prohibido para ensamblar con éxito el arte con la vida y la forma con la función.”

Dra. Sonia Vicente , Uni. Nac. Ce Cuyo, nota de opinión publicada en el diario Los Andes, Sección Cultura del 12 de febrero de 2011.-

Herrera dedica todo su afán a la figura humana. Constituye, sin dudas, el centro de sus preocupaciones estéticas. La persigue, la interroga, la excede, la exaspera, la adorna. …lo hace a través de la expresión…desde una perspectiva en la que prevalece lo visual, marco inequívoco de las artes plásticas.

Además de la angustia existencial y de su preocupación por la situación social y política y por la depredación del medio ambiente, Herrera da buen cauce a temas clásicos como la soledad, los opuestos y últimamente, poniéndole atención al tema de la españolada, que le permite lucir su capacidad técnica y su claro sentido del ornato en función expresiva.

Para esta nueva serie se ha valido de elementos utilitarios como caño currugado, tubos de refrigeración y recipientes de cocina. Aluminio, tejido de alambre y madera le han permitido recrear, con una gracia pocas veces vista en la provincia, figuras de obras inmortales como las “Meninas” del cuadro de Velázquez y los volados superpuestos de los vestidos de las bailaoras. No ha puesto color ni buscado vulgares realismos …

En toda la producción de Herrera hay personalidad, calidad artística y resolución técnica impecable, lo cual la coloca entre las más destacadas de Mendoza….”.

Andrés Cáceres, Crítico de Arte, Nota de Opinión publicada en el Diario Los Andes, Sección Cultura, 14 de noviembre de 2009.

“… En Herrera, mujeres, vestidos, volados, corsés, planos en movimientos, juego de texturas, siluetas dinámicas, destacan un fuerte sentido de feminidad y un elevado dominio técnico en el trabajo con el metal. Logra así una etérea levedad visual dando esta visión la apariencia de una tela con movimientos suaves y pliegues. Pliegues en los que quizás aparece la mano de quien fue su gran maestra, Eliana Molinelli.

Con la utilización de objetos en desuso hace una resignificación de materiales cotidianos en imágenes que nos remiten a las esculturas del mundo clásico y a la época de oro de la pintura española. En esta metamorfosis del objeto original hacia una creación artística, le otorga suntuosidad al mismo objeto y dignifica el material. Con esta técnica sorprende al espectador quien descubre detrás de esos vuelos vigorosos: ollas, materiales desplegados y utensilios cotidianos”.

Catálogo de la exposición, Julieta Gargiulo, Curadora del Museo Killka, Espacio Salentein, 2009.

“…En Viviana Herrera, la alegría en movimiento es el leitmotiv de su obra. Esta mendocina, apasionada por la vida y heredera de muchos de los secretos de quien fuera su maestra, Eliana Molinelli, en el arte de transformar la materia, da nueva vida a los objetos de la vida cotidiana, relegados y destinados al olvido. Es así como una cacerola, una tetera o un colador, renacen en el torso orgulloso de chapa batida de una bailarina española, en el vestido sedoso de una Menina, o en el velo ondulante de una odalisca. Con esta nueva producción, Herrera pone de manifiesto otra de las características femeninas: su eterna dualidad; utilizando tejidos de alambre modela, de manera exquisita, un volumen-vacío, un cuerpo-etéreo, una cavidad-convexa.”

Marcela Costa Peuser, Directora del periódico Arte al Día, publicado en el periódico Arte al Día de setiembre 2009.

“…las audacias formales de las esculturas de Viviana Herrera un estatuto de calidad que apunta a distintas fibras de la sensibilidad y representan una generación intermedia cuyas poéticas se han afianzado y adquirido un presencia apreciable…”.

Magister Graciela Distéfano, Crítica de Arte, Diario Los Andes, agosto de 2008.

“Pertenece al núcleo de escultoras contemporáneas de Mendoza, destacadas por la notable calidad de su producción.

Herrera trabaja en hierro y bronce fundido para crear un lenguaje parco con el que visualiza la figura humana en situaciones límite enraizadas en la realidad de tiempos de crisis.

Gestos y actitudes forzadas, azarosas, manteniendo un insostenible equilibrio, frente a situaciones de inminente peligro, o intentando vuelos que se saben imposible”.

Sarah Guerra, Asociación Argentina Criticos de Arte. Asociación Internacional de Críticos de Arte. Libro Arte de la Crisis, página 68, Editorial EdeA, Buenos Aires, Argentina, 2007.

“Una desbordante vitalidad distingue a Viviana Herrera, inquieta, intrépida y luchadora. Desde su obra proyecta esta energía que se traduce en una diversidad de facetas: desde la minuciosa dedicación artesanal al gesto desenfadado. Su amplio conocimiento de los materiales y técnicas le permiten romper permanentemente sus propios paradigmas”.

Magister Graciela Distéfano, Crítica de Arte, 2007.

“Viviana Herrera es, ante todo, una artista de ideas, de legítimo estilo expresionista. …Toda su producción es una critica a la injusticia social, al cercenamiento de las libertades individuales y a los poderosos del mundo, así como una reivindicación de los valores universales y una afirmación de la vida natural y de la cultura de la solidaridad”.

Andrés Cáceres, Crítico de Arte. Diario Los Andes, 27 de setiembre de 2005.

-“…la escultura de Viviana Herrera, moldeada con la yema de los dedos, pulso a pulso, como si ese contacto directo entre su propia epidermis digital y la de la obra que va surgiendo fuera inevitable. El material forjado va reteniendo la presión de esas huellas, que no son sólo las de sus pulgares sobre las arcilla, que son más bien las huellas de su propia angustia existencial, la gentil historia de sus pasiones y de sus alegrías, las huellas de su tiempo y de su lugar, Mendoza”.

Fernando Ureña Rib Director del Latin Art Museum.

-“Viviana Herrera viene abriéndose espacio raudamente con la legitimidad de una obra escultórica de orden narrativo expresionista y hoy se ubica entre los artistas más importantes de la provincia”.

Andrés Cáceres, Critico de Arte, Diario Los Andes de Junio de 2004.

«La búsqueda de nuevos materiales, y la apertura de los lenguajes escultóricos que hagan de esta propuesta espacial, un lugar de pensamiento crítico sobre la realidad del hombre en la sociedad actual – donde la globalización ha hecho crisis en la revisión de las sustentaciones valorativas – le permite posicionarse en el contexto del arte con el carácter de emergente».

Rosa Faccaro, Miembro de la Sociedad de Críticos de Arte de Argentina, Buenos Aires, Argentina.

“En Viviana Herrera, la escultura, es una necesidad del sentimiento intensamente afectiva, no lucha con los materiales, dialoga amorosamente con ellos para materializar emociones e ideas».

Graciela Distéfano. Licenciada en Comunicación, Magister en Arte Latinoamericano, corresponsal en Mendoza del periódico internacional Arte al Día.